Las gafas “baratas”—también denominadas premontadas—para la compensación de la presbicia,
un producto que se puede adquirir en farmacias, pero también en bazares, gasolineras, mercadillos ambulantes e, incluso, en el "top manta", no es la solución más adecuada para una persona con vista cansada. Cada persona tiene unas características morfológicas y anatómicas distintas, por lo que evidentemente las gafas premontadas "baratas" no son las más adecuadas para un problema de vista cansada, ya que estos productos no proporcionan en absoluto la calidad visual y la comodidad que cada persona que las utilice debe exigir. Por otro lado, estos productos no tienen en cuenta en absoluto la distancia interpupilar, la diferencia de graduación entre uno y otro ojo, los astigmatismos o los problemas de convergencia de los ojos.
Así pues, las gafas premontadas para la vista cansada actúan simplemente como una lupa, ignorando la visión binocular y las dioptrías demiopía, hipermetropía o astigmatismo que podamos sufrir. Si somos présbitas, nuestro consejo es que debemos pasar un examen visual y ocular completo realizado por ópticos-optometristas antes de determinar las lentes oftálmicas que nos convienen más. Éste profesional tendrá en cuenta los diferentes aspectos socio-culturales y económicos (las actividades laborales y de ocio que tengan que ver con la visión de cerca y las posibilidades adquisitivas del paciente/cliente) y sobre todo los parámetros optométricos del paciente, sin cuyo conocimiento específico resultaría peligrosa la utilización de unas gafas compensadoras, como por ejemplo anomalías binoculares y problemas visuales y oculares relacionados con la edad, que son distintos a la vista cansada y que pueden ser más importantes que la misma presbicia.