Los niños también necesitan gafas de sol

Igual que cuando vamos a la playa le ponemos al niño la crema solar, debería de existir la misma concienciación con los ojos, ya que no se regeneran tras el daño. Las radiaciones ultravioleta del sol producen, como en la piel, daños a corto plazo (quemaduras solares de la cornea, conjuntivitis alérgica, maculopatías) y a largo plazo (cataratas o degeneración conjuntivales). Por ese motivo, es recomendable el uso de medidas preventivas como viseras y gafas de sol para evitar la exposición solar. En los niños, los expertos recomiendan ponerles gafas de sol desde los seis meses que cumplan con la reglamentación de la Comisión Europea y un Filtro UV 400, que protege cerca del 98 por ciento de las radiaciones de rayos UV. Para ello lo mejor es acudir a un sitio especializado y, sobre todo, evitar las gafas de sol de juguete. Dar ejemplo al niño usando los padres gafas de sol también es fundamental.