El control de la actividad del cerebro puede mejorar aspectos fundamentales de la sensibilidad visual, según un estudio publicado en Journal of Neuroscience.
Científicos de la University College London (UCL) utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional que permitieron a los participantes en la investigación observar su propia actividad cerebral en una pantalla. Durante la fase de entrenamiento, se les pidió que trataran de aumentar la actividad en su corteza visual, pensando en imágenes y observando cómo respondían sus cerebros.
Tras el entrenamiento, la percepción visual de los participantes se puso a prueba obligándoles a detectar variaciones muy sutiles en el contraste de una imagen. Cuando se les pidió repetir esta tarea, los que habían aprendido con éxito a controlar su actividad cerebral mejoraron su capacidad para detectar incluso los cambios más leves.