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Ya no existe ninguna limitación ni excusa.
Con la nueva generación de lentes progresivas que comercializan diversas compañías del sector, la adaptación es perfecta para casi la totalidad de los pacientes que pueden utilizarlas. Son lentes que permiten ver bien a cualquier distancia, simplemente moviendo los ojos hacia el lugar que se desea observar. Tienen también la ventaja estética de que no se nota el pasillo entre la compensación para ver de lejos y de cerca.
La presbicia o "vista cansada" afecta por igual a miopes y a hipermétropes, pero suele aparecer antes en estos últimos. Además, como es un problema relacionado con la edad, afecta también a aquellos que nunca han utilizado gafas o lentes de contacto. La aparición de la presbicia no debe ser motivo de preocupación, pues se trata de una condición natural fisiológica.
Se ha generalizado el mito de que para no acelerar la progresión de la presbicia o "vista cansada", lo mejor es retrasar lo más posible la utilización de gafas. Esto es rotundamente falso y, como casi siempre ocurre con los mitos, no tiene ningún apoyo ni rigor científico-sanitario. Lo que sucede es que, una vez que la presbicia aparece, su avance es "implacable" y la visión de cerca empeora paulatinamente con el paso de los años, se usen o no lentes compensadoras, con el agravante de estar haciendo un esfuerzo suplementario que el ojo ya no está en disposición de soportar. Lo más recomendable es la utilización de unas gafas o lentes de contacto compensadoras desde los primeros indicios de vista cansada.
A partir de los 40 años es fundamental una adecuada compensación de la presbicia. Después de realizarte un examen visual específico, el óptico-optometrista te recomendará la mejor solución. Existen varios tipos de lentes oftálmicas para cada necesidad y estilo de vida: lentes monofocales, bifocales, trifocales o progresivos. Estos últimos son, sin lugar a dudas, la mejor solución existente en la actualidad para la presbicia.
Los diseños en lentes progresivas para la presbicia han evolucionado mucho. En la actualidad, gracias a un mejor conocimiento del sistema visual y el desarrollo de las técnicas y materiales de fabricación, casi todos los usuarios de lentes progresivas disfrutan de una gran comodidad visual y de una rápida adaptación. Sin embargo, estas mejoras de las lentes no garantizan la adaptación de todos los pacientes, tan solo la facilita. Para cada persona con presbicia, el examen visual completo llevado a cabo por ópticos-optometristas es la herramienta esencial para decidir cuál es la mejor opción en cuanto al tipo de lente que permita una adaptación satisfactoria.
Un dato muy importante: las gafas premontadas baratas que se venden en farmacias, bazares, gasolineras o puestos ambulantes no cumplen todas las garantías de calidad. No las uses de forma habitual; puedes poner en peligro tu salud visual.
Es un defecto fisiológico, no patológico, que comienza a aparecer cuando se llega a una determinada edad, alrededor de los 40 años. Esto significa que todos, tarde o temprano, seremos présbitas.
No puede considerarse un defecto refractivo ni, por supuesto, una enfermedad ocular.
Consiste en que la capacidad de acomodación del ojo (el enfoque) es insuficiente para realizar cualquier tipo de actividad a distancias próximas, como leer o escribir, por lo que hay que recurrir a la ayuda de unas lentes compensadoras adecuadas.
Con las lentes bifocales hay que aprender a superar el salto de imagen entre la zonas para la visión de cerca y la de lejos. Con progresivos no hay diferencia, ya que no existe el salto de una zona a otra, sino que la transición es suave y dinámica.
El pasillo entre una zona visual y otra está diseñado para coincidir con la postura natural de los ojos para cada distancia, por lo que la adaptación en el cambio de lejos a cerca y viceversa no supone ninguna dificultad. Lo único que hay que hacer es acostumbrarse a mirar de frente a las cosas cuando utilicemos esta zona.
Los nuevos usuarios de lentes progresivos que estaban acostumbrados a mover los ojos, pero no la cabeza, para enfocar diferentes objetos, notarán que tienen que aprender a coordinar los movimientos de ojos y cabeza, sobre todo para ver a distancias intermedias. Este será el caso de muchos miopes. Los usuarios acostumbrados a mover más la cabeza que los ojos notarán mucho menos este efecto.
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Guía práctica de gafas
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