La mayoría de los casos de estrabismo en los niños tienen una causa desconocida; más de la mitad se presentan al nacimiento o poco después de nacer (estrabismo congénito).
El desequilibrio de los músculos que controlan los movimientos oculares y las alteraciones ópticas como la alta hipermetropía, son sus principales desencadenantes.
Diferentes estudios científicos han demostrado que todas las formas de estrabismo se pueden agrupar en familias. Los hermanos y los hijos de una persona con estrabismo son los que tienen mayores probabilidades de desarrollarlo.
Otras causas frecuentes de la aparición de estrabismos pueden ser:
- Estrabismo paralítico: Cuando los músculos extraoculares funcionan deficientemente.
- Mal funcionamiento de uno de los dos ojos.
- Estrabismo acomodativo: El esfuerzo que debe realizar una persona para enfocar un objeto provoca un estrabismo convergente en un hipermétrope. Este estrabismo hace su aparición, en la mayoría de los casos, en la infancia.
- Estrabismo ocasional. Cuando se sufre una fuerte tensión nerviosa, sobre todo en los niños cuando están en periodos importantes de crecimiento, algunos músculos oculares tienden a contraerse o acortarse excesivamente, situación que puede dar lugar a este tipo de estrabismo.
Hay otros casos de estrabismo más específicos que podríamos achacar a ciertos factores o circunstancias psicológicas innatas en el paciente, cuando por ejemplo se da una coincidencia de debilidad orgánica (una posible patología), con conflictos de origen psíquico.
Otras causas de estrabismo son las enfermedades oculares, como afecciones de la retina, del nervio óptico, del cristalino, etcétera; enfermedades generales que afectan a los ojos de forma secundaria, como diabetes, enfermedad tiroidea, miastenia gravis, accidentes cerebrovasculares (Ictus), tumores cerebrales, etcétera; o bien traumatismos de cráneo o de órbita.